Rotary Club

El 1 de marzo participé de una reunión con la comunidad del Rotary Club donde tuve la posibilidad de reconocer los logros de la ciencia argentina y destacar la magnitud y desafíos de la industria farmacéutica. Comparto cinco puntos que a mi entender demuestran que, cuando hablamos de ciencia, Argentina sin dudas está mirando hacia el futuro:

1) El valor de nuestras ideas nos vuelve más competitivos. Somos el país con mayor cantidad de investigadores por habitante de la región; tenemos al CONICET, el instituto de investigación científica gubernamental más prestigioso de la región que además está entre los mejores del mundo. Y si bien la historia nos avala (tenemos tres Nobel en ciencia), nuestro presente también, con profesionales como Gabriel Rabinovich, que junto a su equipo están generando avances en la lucha contra el cáncer.

2) Jugamos de locales en la revolución biotecnológica. Estamos entre los 20 países en el mundo con más empresas de biotecnología, tenemos una comunidad de trayectoria en la materia y contamos con la Ley de Biotecnología moderna y nanotecnología. Pero esto no termina ahí: hay emprendedores y aceleradoras científicas que acompañan sus proyectos. Como si fuera poco, en el microcentro porteño las oficinas vacías empiezan a transformarse en laboratorios de última generación.

3) La industria farmacéutica está entre los sectores que más invierten en I+D de la economía argentina. Según datos de CILFA, en 2022 esto significó una inversión de 45 mil millones de pesos. Además, somos uno de los pocos países en el mundo (entre EE.UU, Alemania, Japón y Suiza) donde los laboratorios de capitales nacionales tienen una presencia y participación en su mercado interno superior a la de los extranjeros.

4) Necesitamos industrias sólidas, competitivas y preparadas para integrarse en la región y en el mundo. Lo que pasó en Europa con la escasez de antibióticos expone uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo: tener la capacidad de desarrollar una nueva forma de producir a nivel local y regional.

5) Innovar requiere alinear las necesidades estratégicas de cada país con las del sector privado y las de la sociedad en general. También es necesario proteger nuestro sistema de patentes y sus directrices que premia las verdaderas innovaciones y fomenta una competencia abierta y efectiva.

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