Imagen: La Nación

6 millones de muertos por año por el cigarrillo según la OMS

La información se conoce contemporáneamente con otra: uno de los actores que entre los años 1978 y 1981 fue la imagen de la conocida marca de cigarrillos Marlboro, Eric Lawson, murió recientemente, a los 72 años, a causa de una falla respiratoria derivada de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), una patología vinculada al tabaquismo.

No fue el único, sin embargo, de los profesionales convocados para la famosa campaña de publicidad de esta marca de cigarrillos. David Miller y David McLean también enfermaron y murieron por enfisema pulmonar y cáncer de pulmón, dolencias todas relacionadas con su afición a fumar, y fumar mucho, además.

Llama la atención y alarma que algunas compañías tabacaleras, como la ya mencionada, lancen nuevas campañas con imágenes y lemas que atraen a los jóvenes y los invitan a ser felices y modernos si fuman determinada marca de cigarrillos. Justamente, un grupo de ONG latinoamericanas, entre las cuales está la Fundación Interamericana del Corazón Argentina (FIC), se han sumado a aquellas otras ONG internacionales de salud pública que piden que cesen estas campañas.

Lamentablemente, las empresas tabacaleras gastan miles de millones de dólares anualmente para promocionar sus productos mediante la publicidad, sobre todo en aquellos países cuya legislación es débil o más o menos laxa con respecto al control del tabaco. Ocurre que, como puede comprobarse con el caso de Eric Lawson citado en este mismo editorial, las consecuencias del uso y abuso del tabaco a veces toman años para ser vistas en toda su crueldad.

De manera que, como también lo recuerda la OMS, a menos que se tomen medidas urgentes, la cifra anual de muertes podría ascender a más de ocho millones en 2030. El tabaco causó cien millones de muertes en el siglo XX.

Si se mantiene la tendencia actual, en el siglo XXI se registrarán hasta mil millones de muertes.
Estas noticias deben alertar a la sociedad argentina sobre reconsiderar malos hábitos, vale decir vicios, tremendamente perjudiciales para la salud personal y de todos, y a las autoridades, para que comprueben si se cumplen las leyes que la Argentina ha sabido darse para regular y controlar el consumo de tabaco. Sabemos que no se cumplen en bingos, casinos y algunos locales bailables. Cabe preguntarse por qué, y quiénes son los responsables de esta inobservancia de las normas.

Fuente: La Nación | 25-03-2014

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